Arrancaba enero lleno de proyectos, iniciativas ilusionantes, retos que apasionantes. Un montón de eventos, muchos de ellos multitudinarios.
Estábamos cerrando todos los detalles para un viaje a Australia para rodar documental que vería la luz a finales de 2020. Un trimestre trepidante, muchas horas de trabajo, mucho esfuerzo, grandes recompensas. Cuando de repente la pandemia se instaló en nuestras vidas… Recuerdo los primeros días de marzo cuando empezaban a cancelarse proyectos y lo recibíamos con cierta incredulidad, con desconcierto ¿Qué estaba pasando? Cada vez que sonaba el teléfono era para una nueva anulación, emails de cancelaciones. Deshacer todo lo hecho, duplicar el trabajo… Pasaron unas semanas y se declaró el estado de alarma. Nuestra actividad cesó de golpe; No sonaba el teléfono, nada se movía. Fueron días complicados, de dudas, de mucha incertidumbre.
Crees que con los años has aprendido a «bailar con la incertidumbre» hasta que te enfrentas a algo así…
Mayo empezó a animarse y en junio no dábamos abasto. Tuvimos un verano muy bueno y el cierre del año ha sido espectacular a la par que extenuante.
Si antes éramos flexibles, la situación de este año nos ha enseñado que las cosas cambian cada minuto. Hemos tirado de resiliencia en todo momento y hemos respondido ante los constantes cambios y contratiempos.
Somos un@s afortunad@s y somos conscientes de ello porque en una situación tan complicada como la actual no hemos dejado de trabajar.
Este año nos ha enseñado muchas cosas. Varias a base de golpes, de caer y tener que levantarse. Ha sido, como titulamos este post; Un año reto… Y tan reto.
Desde aquí quiero agradecer a todas las agencias que han depositado su confianza en nosotr@s, a los clientes que se han apoyado en nosotr@s, a nuestros representad@s que lo han dado todo y al equipazo de Frame Comunicación que ha estado ahí a las duras y a las maduras. Las cosas no han sido fáciles ni cuando no había trabajo ni cuando el trabajo nos desbordaba y lo han dado todo. Bravo por vosotros!