Una de las cosas que más nos gusta de nuestro trabajo es que no es nada rutinario. Todas las semanas conoces gente distinta, lugares diferentes, nuevos retos. Vivimos en constante cambio, en constante evolución. Y eso, si eres activo se agradece un montón aunque no os vamos a negar que a veces también se hace un pelín agotador 🙂 Hoy hemos llevado a cabo nuestra jornada laboral en Casa Decor y un año más nos ha entusiasmado. Casa Decor no defrauda!!!
En esta ocasión está situado en la madrileña calle Goya, en pleno barrio de Salamanca. El edificio, construido en 1920, conserva la distribución original de las viviendas de la burguesía que se edificaron en esta zona. La mayoría de estas viviendas fueron destinadas a alquiler, el floreciente negocio de inversión inmobiliaria de principios de siglo XX, al que se sumaron numerosas familias de la burguesía, muchas de ellas provenientes de otras provincias. La configuración del edificio solía destinar los locales de calle a comercios; el primer piso, a vivienda de los propietarios, y los siguientes para alquiler, con un curioso ordenamiento piramidal por clases sociales: por encima de los propietarios, se arrendaba a profesionales liberales como médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, etc. A partir del tercero, se alquilaban a los comerciantes, funcionarios y rentistas de la burguesía intermedia. Las buhardillas se destinaban a vivienda de portero, personal de servicio y lavandería. En el interior, la zonas nobles se disponían a fachada, en tanto la cocina y el área de servicio daban a los patios interiores, con un largo pasillo en L que organizaba la distribución de las estancias. Ya en esa época, este tipo de viviendas se equipaba con cuartos de baño completos, agua corriente, electrificación y calefacción central.
Dada la configuración rectangular de la planta, el edificio de Goya 89 está distribuido en dos alas, con dos viviendas en cada una de ellas. Las de la derecha forman el chaflán con las calles Goya y Conde de Peñalver, mientras que las otras tres dan a la fachada de la calle Goya. En total, se han habilitado el bajo y seis plantas, que cuentan con un total de 85 ventanales de suelo a techo, lo que proporciona luz natural en todos los espacios a cualquier hora del día. Cada planta es una bocanada de inspiración, con numerosas propuestas en las que te quedarías a vivir. El último piso cuenta con coquetas terrazas desde donde se pueden contemplar impresionantes vistas sobre la capital. Lástima que sólo nos hayamos podido quedar un día!!!